Himno nacional de la republica española





Letra


Serenos, alegres
valientes, osados
cantemos, soldados,
el himno en la lid.
De nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid.

Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer, vencer o morir.

¡Blandamos el hierro
que el tímido esclavo
del libre, del bravo,
la faz no osa ver!
Sus huestes cual humo
veréis disipadas,
y a nuestras espadas
fugaces correr.

Soldados, la patria
nos llama a la lid,
¡Juremos por ella
vencer o morir!

¿El mundo vio nunca
más noble osadía?
¿Lució nunca un día
más grande el valor
que aquel que inflamados
nos vimos del fuego
que excitara en Riego
de Patria el amor?

Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.

Honor al caudillo,
honor al primero
que el cívico acero
osó fulminar.
La patria afligida
oyó sus acentos
y vio sus tormentos
en gozo tornar.

Soldados, la patria
nos llama a la lid,
¡Juremos por ella
vencer o morir!

Su voz fue seguida,
su voz fue escuchada,
tuvimos en nada,
soldados, morir.
Y osados quisimos
romper la cadena
que de afrenta llena
del bravo el vivir.

Soldados, la patria
nos llama a la lid,
¡Juremos por ella
vencer o morir!

Ya la alarma tocan;
las armas tan sólo
el crimen o el dolo
podrán abatir.
¡Que tiemblen, que tiemblen,
que tiemble el malvado,
al ver al soldado
la lanza esgrimir!

Soldados, la patria
nos llama a la lid,
¡Juremos por ella
vencer o morir!

La trompa guerrera
sus ecos da al viento,
de horrores sediento,
ya ruge el cañón
y Marte, sañudo,
la audacia provoca
y el ingenio invoca
de nuestra nación.

Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer, vencer o morir.

Se muestran: ¡volemos,
volemos, soldados!
¿Los veis aterrados
la frente bajar?
¡Volemos, que el libre
por siempre ha sabido
al siervo rendido
la frente humillar.
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Mamelucos

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CuadroS de Goya(Luminosos y negros)

Cuadros luminosos:












cuadros de goya negros:







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Cuba: Internet bajo vigilancia por el gobierno.

El régimen cubano intenta mantener a sus ciudadanos al margen de la Red. La compra de material informático se encuentra estrictamente regulada, el acceso a Internet controlado y las comunicaciones electrónicas estrechamente vigiladas. Las actas de acusación de la mayoría de los periodistas independientes encarcelados en marzo de 2003 incluyen referencias a su actividad en Internet.

La libertad de expresión está proscrita en Cuba, la mayor cárcel del mundo para los periodistas. El régimen, demasiado dedicado al control de la información destilada para sus ciudadanos, no tolera ninguna prensa independiente. En relación con Internet, el gobierno ha adoptado una postura paradójica. Forma a miles de estudiantes en las nuevas tecnologías -de fuente oficial, actualmente se estarían formando cerca de 30.000-, pero impide a la gran mayoría de la población acceder a la Red. A veces, las autoridades presentan el Net como "la gran enfermedad del siglo XXI", porque surte a los internautas de informaciones "contrarrevolucionarias". Pero es también una baza inevitable para el desarrollo económico del país, como repite hasta la saciedad González Planas, el Ministro de Telecomunicaciones cubano.

Cuba es hoy uno de los diez países más represivos del mundo con la libertad de expresión en la Red. Este medio de comunicación se reserva para una élite cercana al poder. Pero, incluso esos pocos privilegiados frecuentemente solo acceden a una Intranet, especialmente concebida y filtrada por las autoridades.

Los cubanos han encontrado medios para eludir la omnipresente censura del Estado, comprando el acceso a Internet en el mercado negro, o compartiendo las pocas conexiones autorizadas. Sin embargo, el gobierno actúa severamente contra cualquier utilización "ilegal" de la Red. Por otra parte, los tribunales de la isla cada vez usan más una nueva acusación, la utilización "contrarrevolucionaria" del Net, para condenar a los disidentes.


La compra de material se encuentra estrictamente controlada


Las restricciones materiales son el principal obstáculo para una expansión de la Red al público en general. Por una parte, la densidad telefónica no pasa de seis líneas por cada cien habitantes. Por otra, el coste prohibitivo de las comunicaciones telefónicas internacionales (dos dólares el minuto con Estados Unidos), y la escasez de líneas internacionales, concedidas con criterios políticos y estrictamente vigiladas, impiden cualquier conexión a través de un proveedor de acceso situado en el extranjero.

Los equipos necesarios, incluidos los más recientes, solo están disponibles en los almacenes del Estado especializados, a los que únicamente pueden acceder las personas autorizadas. Además, desde enero de 2002 una orden del Ministerio de Comercio Interior prohíbe la venta a los particulares, en los almacenes del Estado, "de ordenadores, impresoras, multicopistas, fotocopiadoras y cualquier otro instrumento de impresión masiva". Si se considera indispensable hacer esa compra hay que solicitar autorización en el Ministerio de Comercio Interior. Antes de esa fecha ya estaba prohibida la venta de modems al público. En esas condiciones, Internet en Cuba aparece como un fenómeno limitado, mientras que las empresas informáticas cubanas demuestran un perfecto dominio de esta nueva tecnología.


El acceso a Internet sometido a autorización

El gobierno ha legislado desde el mismo momento de la aparición de Internet en la isla. En junio de 1996, el Decreto-ley 209, titulado "Acceso desde la República de Cuba a la red informática global", precisa que su utilización no puede hacerse "violando los principios morales de la sociedad cubana o las leyes del país", y que los mensajes electrónicos no pueden "comprometer la seguridad nacional".

Para conseguir la acreditación obligatoria, los cubanos que quieren disponer de un acceso a Internet, o utilizar los puntos de acceso abiertos al público, tienen que dar una "razón válida" y firmar un contrato de utilización, con cláusulas restrictivas. Igual que para el teléfono, el procedimiento requiere el acuerdo de ETEC SA, único operador de telecomunicaciones del país, y después el de una comisión local dependiente del Comité de Defensa de la Revolución, que _evalúa los méritos del demandante.

Según el Decreto-ley 209, el acceso se concede "en virtud de reglamentos que dan prioridad a las entidades e instituciones que puedan contribuir a la vida y el desarrollo de la nación". A este título, y al margen de las embajadas o sociedades extranjeras, pueden pretenderlo las personalidades políticas, altos funcionarios, intelectuales, profesores universitarios, investigadores y periodistas oficiales ; los cuadros de las empresas culturales dedicadas a la exportación o de las empresas informáticas, así como la jerarquía católica.

El 13 de enero de 2000 se creó un Ministerio de Informática y Comunicaciones para "regular, dirigir, supervisar y controlar la política cubana en materia de tecnologías de la comunicación, la informática, las telecomunicaciones, las redes informáticas, la radiodifusión, el espectro radioeléctrico, los servicios postales y la industria electrónica".

Las mensajerías electrónicas bajo vigilancia

Desde septiembre de 2001, en los puntos de acceso ETEC SA, los cubanos pueden acceder a un servicio de correo electrónico nacional, sin conectarse a la Web, tras conseguir una dirección de e-mail personal. Una tarjeta nominativa de acceso al servicio cuesta 3,5 euros, para un uso de tres horas (el salario medio de un cubano está entorno a los 10 euros). Las tarjetas son nominativas. Cada comprador tiene que justificar su identidad, rellenar un formulario detallado, y se registran sus datos. Así, el proveedor de acceso puede controlar cualquier correo recibido o enviado, antes de emitirlo o entregarlo a su destinatario. Según algunas declaraciones oficiales, Cuba tendría hoy 480.000 cuentas de e-mail.
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Primer Ferrocarril Transcontinental - EE.UU. (10 de mayo 1869)




Fue el presidente Abraham Lincoln quien firmó la Ley de la Pacific Railroad que autorizaba la construcción de la primera línea de ferrocarril transcontinental de Estados Unidos y del mundo, una línea que unía las ciudades de Omaha con Sacramento.
MIentras la primera pertenecía a la red de ferrocarriles del Este de los Estados Unidos, la segunda pertenecía a California, en el lado del Pacífico.
Aquél fue un evento histórico que más de una vez hemos podido ver en diferentes películas.
Fue una loca carrera por conseguir el mayor número de kilómetros de vía férrea por las dos compañías implicadas en su construcción, la Union Pacific, que con sus 10.000 obreros, la mayoría de ellos irlandeses, partía desde la ciudad de Omaha en diciembre de 1865, y la Central Pacific, que con 12.000 trabajadores, mayormente chinos, lo hacía desde Sacramento en enero de 1863.
El resultado fue que la Central Pacific construyó 1.110 kms. de vías, atravesando California y Nevada, mientras que la Union Pacific construyó 1.749 kms. de vías férreas, atravesando el río Missouri, y pasando por Nebraska, Colorado y Utah.
Aún así, la competencia fue brutal y en muchísimas ocasiones desleal, con continuos sabotajes y desviación de las líneas para ocupar la mayor parte de terreno posible y así reclamar mayores subvenciones del Gobierno.
Finalmente, éste tuvo que tomar cartas en el asunto y ponerles a ambas investigadores y peritos que estudiaban y guardaban de la correcta construcción de las vías férreas día a día. Además, el Gobierno estableció exactamente cuál sería el punto de unión de ambas vías.
Al fin el encuentro se produjo.
Fue el 10 de mayo de 1869. El día que se ha conocido desde entonces como el Golden Spike (el clavo de oro). Habían pasado 6 años desde que se pusiera el primer remache, y aquel día en Promontory Point, en Utah, ambas líneas se encontraron.
Siguiendo la ceremonia habitual en aquellos casos, el presidente Grant, junto con Stanford, se dispuso a colocar el último clavo, que sería de oro. Además, aquella ceremonia se convirtió en todo un fenómeno de masas puesto que dentro de los medios de que se disponía en aquella época, se retransmitió vía telégrafo a todo el país. Para ello, se unieron el martillo y el clavo a un cable de telégrafo de modo que cada golpe que se daba era transmitido para los oídos de todos los estadounidenses.
Hasta aquel día, atravesar el país de una costa a la otra requería de casi 6 meses de viaje.
Desde aquel día, gracias a aquella línea de ferrocarril transcontinental, se pudo atravesar de Este a Oeste en poco más de una semana.
Las palabras del presidente Grant al golpear aquel clavo e inaugurar el primer ferrocarril transcontinental fueron :
“Ojalá siga Dios manteniendo unido a nuestro país como este ferrocarril une los dos grandes océanos del globo "
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Jardín de Aclimatación de la Orotava

El Jardín de Aclimatación de La Orotava, también llamado Jardín Botánico, o normalmente como El Botánico, es un Jardín botánico situado en el Puerto de la Cruz en la isla canaria de Tenerife. El nombre de Jardín de Aclimatación de La Orotava proviene porque antiguamente el Puerto de la Cruz pertenecía al municipio de La Orotava y era conocido como Puerto de La Orotava, conservándose el nombre original, lo que en ocasiones lleva a confusión su situación.



El “Jardín de Aclimatación” tiene sus orígenes en una orden de fundación de 17 de agosto de 1788, por parte del rey ilustrado y absoluto Carlos III de España de 17 de agosto de 1788, y también por la cual los científicos recolectores en las colonias españolas del Nuevo Mundo debían de reunir plantas exóticas en este jardín, y después de un periodo de aclimatación, posteriormente trasladarlas a sus jardines reales de Madrid y Aranjuez.





El Jardín de Aclimatación de La Orotava, era pues, tras el Real Jardín Botánico de Madrid, que también poco antes fue fundado por orden del rey Carlos III, el segundo jardín botánico de España. .






El proyecto continuó con la búsqueda del emplazamiento más apropiado, donde instalar el jardín, de lo cual se encargó Alonso de Nava y Grimón, VI. Marqués de Villanueva del Prado (1757-1832). El terreno fue un regalo de Don Francisco Bautista de Lugo y Saavedra, Señor de Fuerteventura.




Aunque el rey Carlos III de España murió en 1788, unos pocos meses después del decreto de la fundación, su sucesor Carlos IV de España también era favorable con el proyecto. Así en 1790 empezaron los trabajos según planos del arquitecto Diego Nicholas Eduardo que dispuso zonas de siembra de formas geométricas, terminado el trabajo de diseño en 1791. Y las primeras 35 plántulas se sembraron en 1792.




Pero el intento de aclimatación en su traslado a la península no funcionó, pues el clima del interior de la península ibérica, es muy diferente del que hay en Tenerife.


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Marquéz que participo en la independencia de EE.UU

El Marqués de La Fayette en 1792.


Nombre del marquéz francés que participo en la independencia de Estados Unidos.

-Marie-Joseph Paul Yves Roch Gilbert du Motier, Marqués de La Fayette, conocido como Marqués de La Fayette o La Fayette.
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Pompeya




Pompeya es una de las grandes maravillas arqueológicas que aún se conservan en un estado espléndido. Al volcán debemos que se hayan conservado hasta el día de hoy sus casas, sus tiendas, sus calles, hasta sus cuerpos calcinados reconstruidos a partir de un molde de yeso. Las toneladas de ceniza y lava que se depositaron sobre la ciudad permitieron que de una forma natural se conservase todo exactamente igual a como se dejó el día de la erupción, cuando los arqueólogos empezaron a desenterrar las ruinas se encontraron con edificaciones que conservaban las pinturas originales, frescos y mosaicos de las casas y templos, así que gran parte de la información que hoy se tiene sobre el estilo de vida romano de mediados del s.I d.C. es gracias a la erupción de un volcán que aún hoy, aunque dormido, registra actividad sísmica EL VESUBIO.

Las informaciones que tenemos sobre lo ocurrido el 24 de Agosto del 79 d.C. se debe en gran parte a las cartas que Plinio el Joven envió al emperador Trajano donde relataba lo ocurrido pues su tío Plínio el Viejo había estado allí para ocuparse de los asuntos del imperio por entonces bajo la mano de Tito. Se sabe que el volcán empezó a registrar actividad días antes del desastre mediante terremotos de baja intensidad, pero los habitantes estaban bastante acostumbrados a este tipo de actividad sísmica, así que no le dieron demasiada importancia, pero lo que nadie sabía es que durante años un gran depósito de magma se había acumulado bajo el volcán y este sería el detonante de la posterior erupción de tal virulencia que lo que de normal sería un efecto escalonado de las diferentes fases durante días se concentró en uno sólo, la madrugada y las horas posteriores del día 24.

El magma entró en contacto con agua que se filtraba provocando una lluvia de ceniza volcánica, así mismo el magma empezó a ascender unas 4 horas antes de la erupción, la superficie del volcán se fracturó poco después del mediodía ocasionando la explosión, empujando la piedra pómez y los gases a una altura de 28 Km en vertical, se puede decir que la energía térmica liberada era el equivalente a 100.000 veces la de la bomba nuclear de Hiroshima. Con ello nos hacemos una idea de lo escalofriante del hecho y los resultados posteriores. La columna de gases y piedra alcanzó los 33 Km, pero cuando alcanzó la altura máxima se derrumbó, dispersando los gases a través de 20 Km a la redonda y provocando una lluvia de piedra pómez. Se sabe que lo que mató a tantos habitantes no fue la piedra pómez ya que esta aunque se contaban por toneladas no es mortal en sí misma pues tiene poca densidad, pero si los gases que debido a su toxicidad hicieron perder el conocimiento por la falta de oxígeno, no obstante los tejados de algunas casas por el peso se vinieron abajo y los barcos de apoyo para la evacuación quedaron abnegados por la piedra que caía sobre ellos.

En estudios posteriores y por las capas de los estratos se cree que el Vesubio unificó todas las fases más nocivas y mortales de los volcanes, cubriendo por completo las ciudades de Pompeya y Herculano, no muchos lograron escapar de la desgracia subiendo a los barcos atracados en puerto durante las primeras horas del día, el resto a espera de que lo peor ya hubiera ocurrido se protegieron en sus casas, cometiendo el mayor de los errores, pues a medida que pasaba el día el aire se hacía insostenible. Plinio el Viejo murió intentando ayudar a los Pompeyanos atracando una flota de ayuda en el puerto, pero fue imposible, antes de finalizar el día, miles de hombres, mujeres, niños y animales quedaban sepultados y asfixiados.

Pompeya, habitada por unas 20.000 personas y Herculano quedó reducida a cenizas, a día de hoy pueden verse los moldes que los arqueólogos han hecho de los cuerpos petrificados de los fallecidos, así como de animales, que nos trasladan de una manera muy gráfica a la agonía que sufrió la población. Pompeya es hoy una ciudad fantasmagórica de una belleza sin parangón, los frescos, las entradas a las villas o el foro representan lo que fue, una ciudad de ricos aristócratas que perecieron bajo el efecto devastador del volcán.
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Juan Crisóstomo de Arriaga Balzola



Juan Crisóstomo de Arriaga Balzola, pese a su "juventud", es considerado como uno de los compositores más destacados en la historia de la música española, más allá de la inevitable simpatía romántica que despierta su temprana muerte, antes de cumplir los veinte años.

Arriaga nació en Bilbao el 27 de enero de 1806 y falleció en París el 17 de enero de 1826. En numerosas ocasiones los críticos españoles han exagerado la falta de preparación académica de Arriaga para, de este modo, hacer hincapié en sus extraordinarias cualidades naturales; pero esta imagen en la actualidad tiende a matizarse resaltando la importancia de la formación musical recibida tanto en sus primeros años en España como en su posterior estancia en Francia.


Teatro Arriaga de Bilbao

Recibió sus primeras lecciones musicales de su padre, Juan Simón de Arriaga, a la sazón, organista de la iglesia de Berriatúa. Más tarde y dadas las cualidades del niño, el padre consigue que se convierta en discípulo de Faustino Sanz, violinista de la capilla de música de la basílica de Santiago. En esta misma época y pese a su juventud, empieza a frecuentar las sociedades musicales, germen de las futuras sociedades filarmónicas y orquestas en donde comienza a representar y a componer sus primeras obras por las que es reconocido y admirado. Es en este ambiente cuando a los once años compondrá el octeto Nada y mucho (1817), para trompa, cuerda, guitarra y piano. A esta composición seguirán otras en la misma línea, hasta que finalmente se decida, con trece años, emprender obras de mayor envergadura como la ópera en dos actos que lleva por título Los esclavos felices (1819).

Dadas sus cualidades, su padre decide que ha de trasladarse a París para continuar sus estudios musicales, de este modo en 1821, con quince años marcha a la capital francesa matriculándose en su conservatorio en donde estudiará contrapunto y fuga con Fétis y violín con Baillot. Su rápido progreso y sus grandes dotes para la composición, hicieron posible que a partir del curso 1823-1824 fuera nombrado profesor ayudante de Fétis y comenzase a impartir las disciplinas de las que sólo dos años antes era un alumno.

La primera obra importante que escribe en París será una fuga a ocho voces llamada Et vitam venturi, obra de concurso que fue premiada y que se perdió tras la muerte de Arriaga. A ésta siguió una serie de Tres cuartetos acerca de los cuales afirmaba Fétis que “... es imposible imaginar nada más original, más elegante, ni escrito con mayor pureza que estos cuartetos...” Finalmente, en los últimos dos años de su vida, compondrá una obertura pastoral para su ópera Los esclavos felices, una Sinfonía grande orquesta en cuatro tiempos, una Misa en cuatro voces, un Salve Regina y un Stabat mater para coro y orquesta, además de varias arias, duos, cantatas y quintetos.

El inesperado y prematuro fallecimiento del compositor fue la causa de que la obra de Arriaga permaneciera desconocida hasta mediados de la década de los ochenta del siglo XIX, momento en el que un descendiente del bigrafiado recupera algunas piezas, en especial cuartetos, que entrega a la sociedad de cuartetos de Bilbao, quien se hace eco de ellos representándolos en sus actuaciones en los distintos salones de la capital vasca. En 1887 se crea en Bilbao la comisión permanente Arriaga, presidida por Emiliano Arriaga (descendiente del compositor) y cuya finalidad será la de dar a conocer la obra de Juan Crisóstomo por medio de las representaciones de sus piezas, así como la obtención de beneficios con los cuales poder dar a la imprenta y por tanto difundir por otras sociedades españolas esas mismas piezas.

Centrándonos ya estrictamente en la obra del compositor, ésta se puede dividir en tres grandes géneros. Por un lado su obra religiosa, por otro la sinfónica y finalmente la dramática, todas ellas abarcan un total de unas veintitrés piezas, algunas de las cuales se han perdido, otras no están publicadas, pero conservadas en el Museo Arriaga, y finalmente otras publicadas a finales del siglo XIX de las que se sospecha la existencia de algunos cambios introducidos al darlas a la imprenta. Circunstancias, todas ellas, que han dificultado enormemente la catalogación de la producción musical.

Sus obras más importantes, consideradas por algunos como obras maestras, son La sinfonía a grande orquesta, los Tres cuartetos y la obertura para los Esclavos felices. Todas ellas revelan una técnica muy sólida y un gran dominio de la forma. Recuerdan en gran medida a otras composiciones de Mozart, Cherubini o Rossini, si bien todas ellas tienen el sello personalísimo de Arriaga. Esta circunstancia se puede observar en los Tres cuartetos, en donde si bien comienza con un tipo de sonata clásica que debe mucho a alguno de los compositores anteriormente señalados, introduce en ella una serie de nuevos y originales elementos que la acercan al Romanticismo musical y que son verdaderas innovaciones y creaciones propias de Juan Crisóstomo, tal es el caso de la introducción de movimientos en forma de rondó, o la inversión en el orden de la presentación de los temas o de la recapitulación.

Si de alguna forma se ha de concluir esta breve biografía, no puede ser otra que señalando el hecho de que la temprana muerte y la posterior pérdida de los escritos del compositor, ocasionaron que la obra, pese a su importancia, no pudiese ejercer ninguna influencia en la música española de las décadas posteriores, circunstancia que contrasta grandemente con la valoración altamente positiva que a lo largo del siglo XX han realizado sobre la misma los críticos e historiadores musicales.

CATÁLOGO DE LAS OBRAS DEL COMPOSITOR:

Obra religiosa:

· Audi benigne

· Misa 4V

· O salutaris

· Stabat Mater, op. Nº23 (1822)

Obra instrumental:

· Nada y mucho, octeto, (1817)

· Overtura nonetto, op. Nº1 (1818)

· Patria, op. Nº3 (1818)

· Tema variado en cuarteto, op. Nº17 (1822)

· Obertura en Re M, op. 20 (1821)

· Variaciones sobre el tema de “La húngara” para violín con acompañamiento de bajo ad libitum, op. 22

· Variaciones sobre el tema de “La húngará” en cuarteto, op. 23 (1822)

· Marcha militar

· Sinfonía a grande orquesta

· Tres cuartetos

· Tres estudios de carácter

Obras vocales y dramáticas:

· Agar

· Agar et Ismael

· Edipo (Aria de Polinicio)

· Erminia. Scéne lyrique-dramatique en un acte et deux tableaux, d´prés un épisode du poème “La Jerusalem Délivrée” de Torquato Tasso.

· Los esclavos felices, ópera (1820)

· Ma tante aurore (All´Aurora)

· Medea (aria)


Opera

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Mariano José de Larra




Escritor romántico y periodista español famoso por sus brillantes retratos críticos de la vida y la sociedad española de su época. Larra nació en Madrid durante la ocupación francesa y pasó sus primeros años de vida en Burdeos, donde su padre, un cirujano militar que había colaborado con los invasores, tuvo que refugiarse tras la derrota de los franceses en 1812. Después de la amnistía de 1818 la familia regresó a Madrid y su padre se convirtió en médico personal del hermano de Fernando VII. Larra estudió en un colegio de jesuitas y completó su formación en Valencia y Valladolid. Comenzó una brillante carrera periodística, primero en dos periódicos de su propiedad, El duende satírico del día (1828) y El pobrecito hablador (1832-1833), y posteriormente, colaboró como crítico de teatro con el diario nacional La revista española, donde firmaba sus crónicas bajo el seudónimo de Fígaro. Se convirtió en uno de los periodistas más famosos y mejor pagados del país y colaboró en diversas publicaciones además de escribir la novela El doncel de Don Enrique el Doliente (1834), y la obra de teatro Macías (1834). También tradujo diversas obras de teatro francesas. Larra es conocido ante todo por sus Artículos de costumbres o escenas de la vida española. Estos artículos, típicamente característicos de la época, estaban imbuidos de nostalgia. Larra, por el contrario, utilizó el género para producir una serie de retratos de la sociedad tremendamente satíricos, en los que despliega su talento periodístico para describir la complacencia, la hipocresía, la vacuidad y la corrupción de la sociedad española. Influido por el neoclasicismo francés, su vida se convirtió, sin embargo, en un símbolo de la confusión romántica. Fue amargamente desgraciado en el amor; se enamoró de una mujer que más tarde resultó ser la amante de su padre, vivió un matrimonio infeliz y acabó suicidándose, tras un fracasado romance adúltero, a los 28 años. Aunque Larra ofrece una visión muy pesimista de la vida española, su irritación responde al amor que sentía por su país. Es uno de los escritores más destacados del siglo XIX, tanto por su visión de la vida como por la calidad literaria de sus escritos. Sesenta años después de su muerte, la Generación del 98 convirtió la figura de Larra en precursora de este movimiento literario.
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"El sueño de la razón produce monstruos"


"El sueño de la razón produce monstruos"
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Derrota del ejercito frances en vitoria




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Fusilamiento de Torrijos


Fusilamiento de Torrijos en la playa de San Andrés (Málaga) por Antonio Gisbert Pérez, en 1888 (Museo del Prado)


Los liberales fueron saliendo de la Alquería, dejando sus armas y su munición. Después los cogieron a todos obligándoles a seguir una marcha forzada hasta la cárcel, lo que le daba a Torrijos una clara visión de que aquello no era lo pactado en confidencia con el gobernador de Málaga, Torrijos había descubierto el engaño, pero ya era tarde.

El día 11 de diciembre de 1831, a las once y media de la mañana, fueron fusilados en la barriada malagueña de El Bulto.
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Isabel II de España



Biografia.
Hija de Fernando VII y de su cuarta esposa, su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Isabel asumió el trono de España el 29 de septiembre de 1833 después de la muerte de su padre, cuando ella tenía menos de tres años de edad. Su nacimiento y posterior ascensión al trono provocó el inicio de un largo conflicto, pues su tío, Carlos María Isidro de Borbón, hasta entonces primero en la sucesión a la corona, no aceptó el que Isabel fuese nombrada primero Princesa de Asturias y luego Reina.

Durante los primeros años de su reinado, mientras Isabel era una niña, la regencia fue asumida por su madre hasta 1840. En ese periodo tuvo lugar la Primera Guerra Carlista (1833 – 1840). Desde 1840 y hasta 1843 fue Regente el general Espartero, que finalmente fue obligado a abandonar el cargo.

Con trece años, Isabel fue declarada mayor de edad. Cuando la Reina tenía 16 años, el Gobierno arregló un matrimonio con su primo el infante don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz.

La boda de la Reina fue una cuestión nacional e internacional, ya que los diferentes países europeos maniobraron para que la nacionalidad del nuevo Rey no perjudicase sus alianzas e intereses. Finalmente se optó por Francisco de Asís, ya que les pareció un hombre apocado y de poco carácter, que no iba a interferir en política.

Tal y como relató a León y Castillo (embajador de España en París) durante su exilio parisino, Isabel II odiaba a su primo y marido Francisco, quien según diversos autores era bisexual u homosexual. La misma Reina comentó lo que pensó sobre Francisco de Asís en la noche de bodas: «¿Qué pensarías tú de un hombre que la noche de bodas tenía sobre su cuerpo más puntillas que yo?».

De todos modos, en el curso de su matrimonio la reina sería madre en varias ocasiones, naciendo:

* Fernando de Borbón y Borbón (1850)
* Isabel de Borbón y Borbón (1851-1931), condesa de Girgenti con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias
* María Cristina de Borbón y Borbón (1854)
* Alfonso de Borbón, príncipe de Asturias (1857-1885), después rey Alfonso XII
* María de la Concepcion de Borbón y Borbón (1859–1861)
* María del Pilar de Borbón y Borbón (1861–1879)
* María de la Paz de Borbón y Borbón (1862–1946), casada con Luis Fernando de Baviera
* Francisco de Asis de Borbón y Borbón (1863)
* Eulalia de Borbón y Borbón (1864–1958), duquesa de Galliera con Antonio de Orleans y Borbón

La «Reina de los tristes destinos», como también ha sido llamada, se exilió en Francia en 1868, tras el triunfo de la revolución conocida como «La Gloriosa», y allí abdicó en favor de su hijo Alfonso XII el 25 de junio de 1870. Con el apoyo de varios grupos en el gobierno, Amadeo de Saboya, miembro de la familia real italiana, fue elegido su sucesor como el rey Amadeo I de España. Era hijo de Víctor Manuel II Rey de Piamonte-Cerdeña, de la Casa de Saboya, y de María Adelaida de Austria (bisnieta de Carlos III de España).

Isabel II vivió el resto de su vida en Francia, allí fue testigo de la Primera República, del reinado y muerte de su hijo Alfonso XII en 1885, y del inicio del reinado de su nieto Alfonso XIII tras la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena. Fue enterrada en el Monasterio de El Escorial frente a su esposo, muerto en 1902, dos años antes que Isabel.

Reinado.

Isabel II reinó durante un período de transición en España en el que la monarquía cedió más poder político al parlamento, pero puso continuas trabas a la participación de los ciudadanos. En el terreno de la lucha por las libertades democráticas su reinado es la historia de un fracaso; es también la del falseamiento de las instituciones y la de la corrupción electoral. Ningún partido que hubiera organizado unas elecciones las perdió en ese periodo. Si hubo cambios fue por la interferencia de una casta militar que cambiaba gobiernos a base de pronunciamientos o golpes de estado de uno u otro signo.

Fácilmente manipulada por sus ministros y por la «camarilla» religiosa de la corte (el padre Claret, sor Patrocinio), la reina interfería con frecuencia en la política de la nación (en una ocasión llegó a postularse como presidenta del gobierno), lo que la hizo impopular entre los políticos y acabó por causar su final al dar paso a la Revolución de 1868. A ello contribuyeron sobre todo episodios como el de la noche de San Daniel (10 de abril de 1865): en momentos de enorme crisis económica, la reina, cuya generosidad personal está fuera de toda polémica, dispone que se enajenen bienes del real patrimonio para socorro de la nación; el líder republicano Castelar, en el artículo periodístico titulado El rasgo, declaraba que en realidad Isabel II, agobiada por las deudas, se reservaba un 25% del producto de la venta de unos bienes que, en su mayor parte, no eran suyos, sino de la nación; el gobierno ordenó la destitución y expulsión de Castelar como profesor universitario, lo que provocó asimismo la dimisión del rector de la Universidad Central; las manifestaciones estudiantiles en apoyo de los dimitidos culminaron el 10 de abril con la guardia civil veterana en la calle: 11 muertos y 193 heridos (incluyendo ancianos, mujeres y niños transeúntes).

En su época se modernizó notablemente España con el tendido de muchas líneas de ferrocarril, siendo la primera la que conectaba Mataró - Barcelona. Sin embargo, la creación de la red ferroviaria sirvió a muchos personajes de la clase dominante para enriquecerse: la madre de la reina, María Cristina, o el banquero Salamanca, por ejemplo, que no sólo obtuvo con la aquiescencia de la Corona y el Parlamento toda una serie de concesiones (129 millones de subvención en 1853–1854), sino que, al propio tiempo, vendió al gobierno la línea Madrid-Aranjuez por más de 60 millones y la volvió a recibir de éste en arrendamiento, sin licitación previa, por un millón y medio al año, que nunca llegó a pagar. La fiebre especuladora tenía poco que ver con la realidad del país. El balance de lo realizado hasta 1856 se reducía a la línea Barcelona-Mataró (1848), la de Madrid-Aranjuez (un negocio privado de Salamanca), la de Sama-Langreo (un negocio privado del marido de María Cristina) y la de Valencia-Játiva. Además, no se adoptó el ancho de vía europeo y se abandonó la adecuación de una red de caminos que facilitase el acceso a las estaciones, lo que, sumado a las elevadas tarifas del transporte ferroviario, condujo muy pronto a las pérdidas en el negocio. Se llevaron a cabo también importantes obras hidráulicas como el Canal de Isabel II, impulsado por los ministros Juan Bravo Murillo y Manuel Alonso Martínez.

Isabel II reabrió las Universidades cerradas por su padre, pero el panorama educativo de su reinado es desolador: en 1855 había en España 6.000 pueblos sin escuela, en 1858 existían sólo 53 institutos de segunda enseñanza, con unos diez mil estudiantes (cinco veces menos que en Francia, con el doble de población), y había sólo 6.104 alumnos en las diez universidades españolas (Oviedo y Salamanca tenían cien en sus cuatro facultades). Más de la mitad (3.472) estudiaba Derecho. Los equipamientos culturales eran muy pobres: en 1859 había en España 56 bibliotecas públicas, el único punto de acceso al libro de la mayoría de sus habitantes. La de Bilbao disponía sólo de 854 volúmenes impresos; la de Santander, de 610; la de Segovia, de 194; la de Huelva, de 60. Las únicas mejoras que se intentaron en la enseñanza, como las del grupo de docentes formado en torno a Sanz del Río, inspiradas en el krausismo, no fueron toleradas: la reacción neocatólica que supuso el Syllabus de Pío IX llevó al ministro Orovio (1867) a poner trabas a la libertad de cátedra y a exigir manifestaciones de adhesión a la reina que acabaron con la expulsión de la universidad de esos profesores.

La industrialización se llevó a cabo en un país desarticulado, donde el desarrollo se daba sobre todo en la periferia (Cataluña, Málaga, Sevilla, Valladolid, Béjar, Alcoy) por obra de grupos de empresarios sin capacidad para influir en la actuación de unos dirigentes que no sólo no los apoyaban, sino que los veían con desconfianza. También se llevó a cabo un ambicioso proyecto de modernización de la Armada que la convirtió en la cuarta más poderosa de la época.


La política exterior del reinado de Isabel II fue especialmente agitada durante el «gobierno largo» de la Unión Liberal (1858–1863), con la anexión de territorios marroquíes en la Guerra de África, tales como Ifni y Tetuán, el reconocimiento de la posesión de la Guinea Española, la expedición y conquista de Saigón (aunque no reconocida posteriormente por los franceses, que también participaron), la breve readquisición de Santo Domingo (que volvió a separarse de España por la ineficacia de la administración) y el mantenimiento de Cuba, Filipinas, las Carolinas y las Marianas, además de hacer expediciones a México, Perú o Chile. Con la «Guerra de África», como se llamó a la respuesta armada a los ataques sufridos por las ciudades españolas de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos, O'Donnell tranquilizó a unos jefes militares inquietos con una abundante cosecha de recompensas (ascensos, condecoraciones, títulos nobiliarios, etc.).

El ejército español estaba mal equipado y peor preparado (escasa instrucción, material defectuoso), y fue abastecido con alimentos en mal estado; de los cerca de 8.000 muertos españoles en la guerra, unos 5.000 fueron víctimas del cólera y otras enfermedades; por último, quienes dirigían las operaciones desconocían el terreno y acumularon los errores, como el de escoger la estación de lluvias y vientos como comienzo del ataque, pese a lo cual la victoria fue para las armas españolas. En la Guerra de Cochinchina, España participó en una aventura colonial ajena, aportando la carne de cañón (soldados filipinos) para que los franceses iniciaran su penetración en Indochina; en el tratado de paz, Francia obtuvo en pleno dominio y soberanía tres provincias (entre ellas Saigón), y los españoles, que aspiraban a la concesión de un puerto para el envío a Cuba de culís chinos en régimen de semiesclavitud, sólo recibieron algunos derechos comerciales menores.
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Rafael de Riego.



(Rafael de Riego y Núñez; Santa María de Tuñas, Asturias, 1785 - Madrid, 1823) Militar español. Miembro de los Guardias de Corps, luchó contra los franceses en la Guerra de la Independencia (1808-14). Estuvo prisionero en Francia, en donde recibió la influencia ideológica del liberalismo revolucionario.

En 1819 fue destinado como comandante al ejército que se estaba concentrando en Andalucía con la intención de partir hacia América y restablecer allí el dominio colonial español, que las rebeliones de los criollos habían eliminado durante la ocupación francesa de la metrópoli. Riego participó en las conspiraciones liberales encaminadas a sublevar al ejército contra el régimen absolutista impuesto por Fernando VII; y en 1820 se pronunció públicamente en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) a favor de la Constitución de Cádiz de 1812, que el rey había abolido nada más regresar.

El descontento de las tropas por las condiciones en que iban a ser enviadas a América (en una flota poco fiable) facilitó el éxito del pronunciamiento. Riego recorrió Andalucía al frente de una columna, animando a la insurrección a los liberales y sin encontrar apenas resistencia, hasta que Fernando VII se decidió a jurar la Constitución.

Se abrió así un periodo de monarquía constitucional (el Trienio Constitucional de 1820-23), enormemente difícil por la deslealtad del rey al régimen que le habían impuesto los liberales. El propio Riego se convirtió en símbolo del liberalismo radical y colaboró con los gobiernos liberales como capitán general de Galicia y de Aragón y presidente de las Cortes (1822).

Cuando se produjo la invasión francesa de los «Cien mil hijos de San Luis», que venía a restablecer el absolutismo, Riego encabezó la resistencia en Andalucía (1823); pero fue derrotado, capturado y ejecutado. Pervivió, sin embargo, en la memoria popular como un héroe mítico de la lucha por la libertad; la marcha que tocaban sus tropas durante los hechos de 1820 siguió sonando como himno revolucionario a lo largo del siglo XIX y fue declarada himno nacional de España por la Segunda República (1931-39).
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Mariana Pineda Muñoz

Mariana Pineda Muñoz

Heroína de la libertad, su vida dramática y su personalidad excepcional la han convertido, sin duda, en la granadina más celebre y que ha inspirado la mayor cantidad de literatura. Hija natural de María de los Dolores Muñoz y Bueno, de una

familia humilde de labradores de Lucena (Córdoba), y de Mariano Pineda y Ramírez, nacido en Guatemala y perteneciente a una noble familia, vino al mundo en Granada el 1 de septiembre de 1804. Ante el rechazo de su amante a contraer matrimonio, María Dolores decidió huir; pero Mariano le arrebató la criatura cuando sólo tenía ésta cuatro meses. Un año después, él murió, y Mariana fue entregada a su tío, José Pineda, administrador de su herencia, quien, tras despojar a la niña de todos sus bienes la dio en custodia al confitero José Mesa y su esposa Úrsula de la Presa. En este hogar, donde recibió una educación esmerada, permaneció Mariana hasta los catorce años.

Se casó a los quince años, el 9 de octubre de 1819, con Manuel Peralta, un joven

de Huéscar, militante del partido liberal. Tuvo el matrimonio pronto un hijo, José María. Movido por las dificultades económicas, Manuel quiso averiguar el paradero

de la herencia de su esposa, pero su silencio fue comprado por la entrega al matrimonio de un mayorazgo. Tuvieron otra hija, Úrsula María, y, poco después, murió el esposo, quedando Mariana viuda a la edad de dieciocho años. Para entonces, ya estaba comprometida con las ideas liberales.

Cuando en octubre de 1823 es proclamado rey Fernando VII, que restaura el absolutismo, la casa de Mariana Pineda se convierte en un centro clandestino de amparo y ayuda para los liberales. En 1828, en medio de una sangrienta represión, tiene lugar un hecho trascendental. Su tío, el presbítero Pedro de la Serrana, es encarcelado por sus ideas. Mariana acude a visitarlo a la cárcel y allí conoce a otros liberales, entre otros, el capitán Fernando Álvarez de Sotomayor. Condenado éste a muerte, Mariana idea un plan para rescatarlo. Entró en la cárcel el 26 de octubre, disfrazada de fraile capuchino y logró sacar a Fernando confundido entre otros religiosos que habían acudido al presidio aquel día.

Mariana continuó ayudando a los liberales y colaborando en la infraestructura de la resistencia, sirviendo de enlace entre los presos y sus familias, gestionando mejores condiciones y tramitando escritos en solicitud de indultos. Su actividad acabó levantando las sospechas del juez Pedrosa, que se afanó en encontrar pruebas que inculparan directamente a la joven. Arrestada, ésta se negó a confesar y a delatar a sus compañeros, por lo que, a falta de indicios claros, fue puesta en libertad. Pedrosa estrechó el cerco de vigilancia y la volvió a arrestar y liberar.

Detrás de este acoso se ha querido ver el despecho de un hombre enamorado y rechazado, pero también la consternación porque una mujer encabezara un movimiento político de protesta.

En aquella época murió su padre adoptivo, pero la pena no logró mermar su actividad antiabsolutista, así como sus contactos con Torrijos y otros revolucionarios, exiliados en Gibraltar. A comienzos de 1831, el poder real acomete una represión aún más radical e indiscriminada, al hilo de los rumores sobre levantamientos liberales.

Pedrosa encontró entonces la prueba incriminatoria de Mariana. A través de una delación, el juez supo que dos bordadoras del Albaicín estaban confeccionando, por encargo de la joven, una bandera con el lema «Igualdad, Libertad y Ley».

Pedrosa consiguió de las bordadoras la tela y logró que ésta acabase en la casa de Mariana. En el momento de su detención, el 13 de marzo de 1831, se hallaba en la casa de su madre adoptiva. Tras un arresto domiciliario de diez días, del que intentó infructuosamente huir disfrazada, fue confinada en el beaterio de Santa María Egipciaca, el llamado Convento de las Arrecogidas, donde pasó los últimos dos meses de su vida. Al amparo de una resolución real que le otorgaba plenos poderes en la causa contra Mariana Pineda, Pedrosa pidió la pena capital.

Todo el proceso fue un cúmulo de ilegalidades, de apaños e incumplimientos de las escasas garantías jurídicas sobre las que se sustentaba el poder. El juez le ofreció repetidamente el perdón a cambio de delatar a sus cómplices, pero siempre obtuvo la negativa de Mariana. Tres días antes de su ejecución, fue trasladada a la Cárcel Baja. Serena, ratificada en su firme resolución de no delatar a nadie, encomendó el cuidado de sus hijos. Escribió allí mismo a su hijo una carta en la que le decía que moría «en aras de la patria, de la libertad y de la santa causa de los derechos del pueblo». El día 26 de mayo de 1831 fue conducida a lomos de mula al Campo del Triunfo, donde fue ejecutada mediante el método del garrote vil. Al mismo tiempo, fue quemada ante sus ojos la bandera causante de su detención.

Mariana se convirtió en símbolo de la lucha por la libertad. Concluido el período absolutista, después del silencio forzoso que cayó sobre su nombre, en 1937, a propuesta de los diputados granadinos, las Cortes le decretaron una fiesta anual, que se celebró durante mucho tiempo. Tras errar por diversos lugares, sus restos fueron finalmente inhumados en la Iglesia del Sagrario. Hoy día lleva su nombre una plaza y su estatua está situada en uno de los lugares más representativos políticamente de Granada.
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¿Qué apodo le pusieron a Jose Bonaparte?

¿Qué apodo le pusieron a Jose Bonaparte? Pepe Botella.

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Goya, Los desastres de la guerra

CuadroS.














VideO.

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