El mito Amor y Psique.


Amor y Psique.


El mito.

La historia de amor de Cupido (Eros en griego) y Psique no aparece mencionada en la literatura griega, pero sabemos que era conocida, porque aparece representada en el arte de la época. Este mito aparece narrado, en su forma más completa, en la novela latina "El asno de oro" o "Las Metamorfosis" de Apuleyo (s. II d.C.).

Los amores de Cupido y Psique
nuevamente narrados
en ocho jornadas y un epílogo
con un remedio de amor.


JORNADA PRIMERA
En una ciudad de Grecia había un rey y una reina que tenían tres hijas. Las dos primeras eran hermosas. Para ensalzar la belleza de la tercera, llamada PSIQUE, no es posible hallar palabras en el lenguaje humano. Tan hermosa era que sus conciudadanos, y un buen número de extranjeros, acudían a admirarla. Incluso dieron en compararla a la propia VENUS, y no advirtieron que, al descuidar los ritos debidos a esta diosa, tal vez estaban atrayendo sobre la bella y bondadosa joven un destino funesto.
Venus, la diosa que está en el origen de todos los seres, herida en su orgullo, encargó a su hijo Cupido: "Haz que Psique se inflame de amor por el más horrendo de los monstruos" y, dicho esto, se sumergió en el mar con su cortejo de nereides y delfines.

JORNADA SEGUNDA
Psique, con el correr del tiempo, fue conociendo el precio amargo de su hermosura. Sus hermanas mayores se habían casado ya, pero nadie se había atrevido a pedir su mano: al fin y al cabo, la admiración es vecina del temor...
Sus padres consultaron entonces al oráculo: "A lo más alto ¬contestó¬ la llevarás del monte, donde la desposará un ser ante el que tiembla el mismo Júpiter". El corazón de los reyes se heló, y donde antes hubo loas, todo fueron lágrimas por la suerte fatal de la bella Psique. Ella, sin embargo, avanzó decidida al encuentro de la desdicha.

JORNADA TERCERA
Sobre un lecho de roca quedó muerta de miedo Psique, en lo alto del monte, mientras el fúnebre cortejo nupcial se retiraba. En estas que se levantó un viento, se la llevó en volandas y la depositó suavemente en un pradera cuajada en flor. Tras el estupor inicial Psique se adormeció.
Al despertar, la joven vio junto al prado una fuente, y más allá un palacio. Entró en él y quedó asombrada por la factura del edificio y sus estancias; su asombro creció cuando unas voces angélicas la invitaron a comer de espléndidos platos y a acostarse en un lecho. Cayó entonces la noche, y en la oscuridad sintió Psique un rumor. Pronto supo que su secreto marido se había deslizado junto a ella. La hizo suya, y partió antes del amanecer.

JORNADA CUARTA
Pasaron los días por la soledad de Psique, y con ellos sus noches de placer. En una ocasión su desconocido marido le advirtió: "Psique, tus hermanas querrán perderte y acabar con nuestra dicha". "Mas añoro mucho su compañía ¬dijo ella entre sollozos¬. Te amo apasionadamente, pero querría ver de nuevo a los de mi sangre". "Sea ", contestó el marido, y al amanecer se escurrrió una vez más de entre sus brazos.
De día aparecieron junto a palacio sus hermanas y le preguntaron, envidiosas, quién era su rico marido. Ella titubeó, dijo que un apuesto joven que ese día andaba de caza y, para callar su curiosidad, las colmó de joyas. Poco antes de que anocheciera, Psique tranquilizó a sus hermanas y las despidió hasta otra ocasión.

JORNADA QUINTA
Con el tiempo, y como no podía ser de otra forma, Psique quedó encinta. Pidió entonces a su marido que hiciera llegar a sus hermanas de nuevo, ya que quería compartir con ellas su alegría. Él rezongó pero, tras cruzar parecidas razones, acabó accediendo.
Al día siguiente llegaron junto a palacio sus hermanas. Felicitaron a Psique, la llenaron de besos y de nuevo le preguntaron por su marido. "Está de viaje, es un rico mercader, y a pesar de su avanzada edad..." Psique se sonrojó, bajó la cabeza y acabó reconociendo lo poco que conocía de él, aparte de la dulzura de su voz y la humedad de sus besos... "Tiene que ser un monstruo ", dijeron ellas, aparentemente horrorizadas, "la serpiente de la que nos han hablado. Has de hacer, Psique, lo que te digamos o acabará por devorarte". Y la ingenua Psique asintió.

JORNADA SEXTA
"Cuando esté dormido ¬dijeron las hermanas¬, coge una lámpara y este cuchillo y córtale la cabeza". Enseguida partieron, y dejaron sumida a Psique en un mar de turbaciones. Pero cayó la noche, llegó con ella el amor que acostumbraba y, tras el amor, el sueño.
La curiosidad y el miedo tiraban de Psique, que se revolvía entre las sábanas. Decidida a enfrentar al destino, sacó por fin de bajo la cama el cuchillo y una lámpara de aceite. La encendió y la acercó despacio al rostro de su amor dormido. Era... el propio dios Cupido, joven y es
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3 comentarios:

Karely R dijo...

.. q sigue? .. joven y q?... !! .. wow q historia

Unknown dijo...

vaya como sigue?me he quedado con la curiosidad!!!

Ronald Avendaño dijo...

Simple, Venus no soporta que nadie sea mas bella que ella... Psique se convirtió en su objetivo por celos y envió a su hijo Eros a matarla, pero al verla fue víctima de su propio juego, se enamoraría irremediablemente, psique es la razón y Eros el sentimiento de amor en el corazón, esto prueba que todos nos podemos enamorar, lo interesante es cuando, como y donde... De eso se trata vivir y nadie ha vivido si no ha conocido el verdadero amor...

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