¿Se acuerdan de la invasión? Venían por decenas, después por centenares… por miles cuando cayó el Muro de Berlín. En sus Trabis, el coche nacional de los alemanes del Este. Aquel cuatro latas era en realidad un cuatro-cartones, porque el coche nacional de la otra Alemania estaba hecho de cartón-piedra, tardaban siglos en dártelo cuando lo comprabas y te costaba el salario de cinco años.
Un millón y medio largo de alemanes del otro lado se han pasado al Oeste desde la caída del Muro de Berlín.
El Trabant era un coche entrañable. Después del Muro en sí mismo, tal vez haya sido el Trabi quien haya acumulado más literatura en estos años en que hemos contado lo que pasó antes y después de la caída del Muro.
La producción de trabis, como cariñosamente eran conocidos, se paró en 1994, pero 15 años después aún los vemos circular por las calles y carreteras, especialmente en Berlín y en la antigua Alemania del este. Algunos se han convertido, por su parte en piezas de museo y otros, bastantes, mantienen solamente la carrocería con potentes motores tuneados de todos los estilos.
El Trabi sigue siendo hoy, 20 años después de la caída del Muro de Berlín, un codiciado objeto de culto. Todavía se los ve circular, sobre todo por el Este y por Berlín.
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