El ensañamiento que el gobierno central tuvo con Cartagena es algo que los cartageneros podemos perdonar pero nunca olvidar. Fueron muchas ciudades las que en el año 1873 se constituyeron en cantones, para exigir la República Federal en España: Algeciras, Ávila, Cádiz, Cartagena, Castellón, Granada, Málaga, Jaén, Salamanca, Valencia. La mayoría del pueblo español quería el federalismo frente a la dictadura centralista que se ejercía desde Madrid.
Es cierto que el cantón de Cartagena fue el más enérgico y atrevido, primero apoderándose de la flota nacional con base en Cartagena, creando su propia moneda (el duro cantonal), resistiendo seis meses de guerra e independencia (no olvidemos que desde la unificación de los Reyes Católicos el Cantón de Cartagena fue el único territorio capaz de poner en entre dicho la unidad de España)
Año 1868, Cartagena es una ciudad completamente amurallada.
La respuesta de Madrid a esta sublevación fue una masacre, el gobierno central mandó sus mejores generales con sus muy bien armadas tropas a tomar Cartagena, llegando a lanzar sobre la amurallada ciudad 1.200 proyectiles al día. Como consecuencia, miles de muertos caen sobre las calles, se bombardea el hospital de la Caridad se intensifican los bombardeos día y noche sin pausa:
-327 edificios son destruidos totalmente
-1500 edificios sufrieron grades destrozos
-27 edificios quedaron ilesos en toda la ciudad.
Ésta fue una de las mayores hecatombes de la historia de Cartagena.
12 de Julio de 1873. El sueño comienza a hacerse realidad. Las principales ciudades del país se sublevan y niegan obediencia al poder central que emana de Madrid.
Cartagena, como muchas otras, se alza ese día. A las órdenes de Antoñete Gálvez, natural de Torreagüera, Cartagena despierta a la nueva realidad española con el sonido de un cañonazo, señal para comenzar la sublevación. La población se hace con el Gobierno militar, con el gobierno civil y entran en el ayuntamiento para formar la Junta Revolucionaria.
Se han conseguido tomar las defensas de la ciudad. En el castillo de Galeras se enarbola una bandera roja(en realidad, a falta de una bandera roja por completo, se iza una bandera turca, a la que se le ha teñido la media luna y la estrella con sangre de un sublevado que se corta en el brazo para colaborar en la causa). La bandera se ve desde el puerto y varias zonas de la ciudad. España es una República de cantones, el gobierno central dimite y otros toman el cargo.
Comienza un acoso y derribo a las poblaciones sublevadas por el poder central. Una tras otra van cayendo, Cádiz, Murcia, Alicante, Valencia, Málaga. La insurrección cantonal está siendo abortada.
Cartagena no se rinde, aún tiene fresco el engaño de Fernando VII, su absolutismo, su injusticia, Cartagena tiene claro que quiere autogobierno para su tierra, para el Sureste, que quiere República para España. En su poder están unas defensas militares inmejorables y el grueso de la flota.
Comienza a mover sus fichas. Realiza expediciones a varios puntos del sureste, Chinchilla, Alicante, Almería(para recordarles que el Cantón de Cartagena sigue vivo, que puede lograrse la Republica, que se alcen de nuevo.
También manda expediciones más lejos, Valencia, Málaga...Las poblaciones responden congregandose en el puerto saludando a la flota cantonal.
Comienza a mover sus fichas. Realiza expediciones a varios puntos del sureste, Chinchilla, Alicante, Almería(para recordarles que el Cantón de Cartagena sigue vivo, que puede lograrse la Republica, que se alcen de nuevo.
También manda expediciones más lejos, Valencia, Málaga...Las poblaciones responden congregandose en el puerto saludando a la flota cantonal.
En este momento, Cartagena no es España, es un país independiente, comienza a fabricar moneda (entre los que están los famosos duros cantonales, en los que se inscribe "Cartagena sitiada por los centralistas")
foto
Los gobiernos extranjeros envían embajadas a Cartagena y median entre España y ella. Una de las condiciones que ponen los países extranjeros: Francia, Inglaterra, Alemania...es que Cartagena, en sus expediciones no bombardee ni ataque ninguna ciudad sin un aviso previo de 24 horas que permita su evacuación, esto impide bastante tomar nuevos núcleos en favor de la República.
Pasan los meses, Cartagena está sitiada, los bombardeos se suceden, se ha cortado el suministro de agua y alimentos, el gobierno cantonal teme por la vida de sus ciudadanos. Sin embargo no puede dar su brazo a torcer, se ha llegado muy lejos, la República soñada, el autogobierno para todos ha estado al alcance de la mano, Cartagena es la única que queda, debe resistir para que el sueño no muera.
16 de agosto de 1873, las tropas centralistas sitiaron Cartagena
La guerra se recrudece, la situación es desesperada, hay muertos en las calles, el sitio se está haciendo insoportable, desde poblaciones cercanas, en poder centralista, se ataca a la ciudad. Cartagena forja un plan, necesita aliados, necesita ayuda exterior y ninguna población española se subleva para auxiliarla.
Calle Villalba.
Calle del Carmen
El gobierno cantonal se pone en contacto con Estados Unidos, ellos están en pleno proceso expansivo de su República creada un siglo antes. Se les solicita formar parte de Estados Unidos y se pide ayuda contra el poder central. Estados Unidos estudia la propuesta, sin embargo Cartagena está en el límite de sus fuerzas. Se decide desalojar a las mujeres, los niños y los ancianos del infierno en que se ha convertido la tierra dentro de las murallas. La gente se hacina en las escalinatas del club de regatas esperando que lleguen barcos que los sacarán de la ciudad.
La batería de Los Dolores, en poder centralista, bombardea la ciudad. Los edificios caen bajo las explosiones, las llamas destruyen todo a su paso, la sangre corre por las calles.
Plaza de la Merced/ Plaza Roldán
Parece que nada puede ser peor, pero empieza a serlo. La flota centralista ha conseguido entrar en la Bahía, dentro del puerto de Cartagena los barcos se bombardean entre sí, las explosiones iluminan el agua y los montes, a la vez, desde los barcos se dispara contra la ciudad.
Los centralistas se han hecho con el poder de algunas baterias que protegen el puerto y la ciudad. Sus cañones giran, ya no miran al puerto y el mar. En su punto de mira se encuentra ahora la ciudad de Cartagena. Cañonazos. Uno tras otro surcan el cielo e ompactan en la ciudad destruyendo todo con su poder infernal.
Muertos, muchos muertos, no importa la edad, la muerte les reclama por centenares.
Llantos inconsolables, gritos desgarradores llenan el aire, el olor a sangre y muerte es insoportable.
Calle Real.
Junto a todo esto algo más estremecedor todavía, puede sentirse, puede escucharse, la ciudad misma grita y llora por sus hijos. Los están matando por querer lo mejor para ella, por querer lo mejor para su hermana España, Cartagena, madre desolada ante la muerte de su prole lame con su suelo la sangre de los que han muerto defendiéndola y guarda su sabor, alimentando sus amargos recuerdos.
Si Dante hubiese tenido la oportunidad de estar en ese momento en Cartagena habría llegado a la conclusión de que su infierno era el Cielo comparado con lo que verían sus ojos en Cartagena.
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